Yo seré a Israel como rocío; el florecerá como lirio… – Oseas 14:5
Era una mañana de verano y los primeros rayos de sol caían por toda mi huerta. La tarde anterior, las hojas del tierno maíz estaban decaídas por el intenso calor y la falta de lluvia. Pero, por la mañana, las espigas se elevaban derechas y renovadas y todas las hojas lucían adornadas con las gotas radiantes del rocío. Durante la noche, el aire fresco había hecho que la humedad se condensara y formara gotas de rocío, lo cual renovó la marchita vegetación.
Esto, según el profeta Oseas, representa lo que el Señor iba a hacer por su pueblo. Dios dijo: “Yo seré a Israel como rocío” (Oseas 14:5). Cuando nuestro espíritu decae, cuando nos sentimos agobiados por una carga de preocupaciones o cuando acarreamos la culpa por algún pecado, el Señor ofrece su misericordia y su gracia para que actúen como un rocío refrescante sobre nuestra alma.
Así como el rocío aparece en la quietud de la noche para humedecer las plantas, del mismo modo, el refrescante rocío del perdón, el consuelo y la fortaleza de Dios llegan en los momentos tranquilos de oración y de meditación en su Palabra.
¿Por qué la vida de tantos creyentes está apagada y marchita, y los vuelve ineficaces? En la mayoría de los casos, es porque no pasan tiempo con Dios todos los días, orando y estudiando la Biblia.
¿Necesitas la renovación del rocío de Dios? – MRD
Si quieres un refrigerio espiritual, bebe de la fuente de la Palabra de Dios.
Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2016, página 112.
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