¿SABES PERDONAR?

Antes, sed benignos unos con otros […] perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.  – Efesios 4:32

¿Es posible medir la madurez espiritual de un creyente? Es cierto que no podemos juzgarla por la longitud de sus oraciones ni por el contenido. Demasiadas oraciones expresadas en público se hacen con la intención de causar efecto en los “oyentes”, no en “el Oyente”. Ni siquiera la generosidad de nuestras ofrendas es una prueba infalible de espiritualidad, porque es probable que también lo hagamos para lograr reconocimiento personal o para calmar una conciencia culpable.

Tal vez la prueba más segura sea la capacidad de perdonar. ¿Te resulta difícil perdonar a una persona que te ha ofendido? Cuando tomamos a Cristo como ejemplo, ¿qué sucede? Mientras más nos parezcamos a Él, más fácil será perdonar a los demás. Cuando pensemos en cuánto nos ha perdonado Dios, deberíamos estar dispuestos, a su vez, a perdonar a otros como Él nos ha perdonado a nosotros en Cristo (Efesios 4:32).

El pastor y evangelista británico Juan Wesley (1703-1791) estaba viajando con el general James Oglethorpe, el cual estaba enojado con uno de sus subordinados. El hombre se acercó al general y, humildemente, le pidió perdón, pero este contestó con dureza: “¡Yo nunca perdono!”. Wesley miró al general a los ojos y dijo: “Entonces, señor, espero que usted nunca peque”. ¿Te gustaría que Dios te perdonara así como tú perdonas a los demás? Piénsalo. – MRD

Cuando te parezca que no puedes perdonar, recuerda cuánto se te perdonó.

Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2016, página 103.

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