VIDAS FRAGMENTADAS

“Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará…”

Salmo 55:22

De vez en cuando, mi computadora funciona más lento. El uso frecuente de ciertos programas y documentos hace que segmentos de información se dispersen, lo que requiere que la máquina deba buscar dichas piezas antes de poder usarlas. Para arreglar el problema, tengo que usar un programa que recupera esos segmentos y los agrupa en un sitio donde puede acceder a ellos con facilidad. Este proceso se llama “desfragmentación”.

Al igual que mi ordenador, mi vida también se fragmenta. Una situación perturba mis emociones mientras trato de concentrarme en otra cosa. Me bombardean exigencias de todas partes.

Quiero llevar a cabo todo lo que hay que hacer, pero mi mente no para y mi cuerpo no arranca. Al rato, me siento agotado e inservible.

Hace poco, fui a un retiro donde se repartieron notas para los asistentes, las cuales incluían una oración con palabras que expresaban como me sentía en ese momento: Señor, estoy dispuesto, intranquilo, y solo la mitad de mi está aquí”.

El rey David también atravesó momentos similares (Salmo 55:2). En oración, presentaba sus necesidades a Dios por la mañana, por la tarde y por la noche, confiado en que sería oído (v.17).

La oración puede ayudar a desfragmentar nuestra vida. Cuando echamos nuestras preocupaciones sobre el Señor, nos muestra aquello que nosotros debemos hacer y lo que únicamente Él puede llevar a cabo. – JAL

Cuando más necesitamos orar es cuando menos tiempo tenemos para hacerlo.

Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2020, Página 31.

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