Pero el Señor estaba con José y le extendió su misericordia…
Génesis 39:19-23
Viajar en autobús desde Memphis hasta Saint Louis, en Estados Unidos, lleva habitualmente unas seis horas… a menos que el chofer te deje varado en una gasolinera. Esto les sucedió a 45 pasajeros que esperaron 8 horas durante la noche hasta que llegó otro conductor para reemplazar al que los había abandonado. Sin duda, estarían frustrados, ansiosos e impacientes.
Tal vez José sintió lo mismo cuando terminó preso por un delito que no había cometido (Génesis 39). Abandonado y olvidado por todo ser humano que pudiera ayudarlo, estaba varado. Sin embargo, “el Señor estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia” (v. 21). Con el tiempo, el carcelero lo puso a cargo de los presos, y todo lo que José hacía “el Señor lo prosperaba” (v. 23). No obstante, aunque Dios estaba presente y lo bendecía, siguió preso durante años.
Quizás estés varado en la sala de un hospital, en una celda, en un país lejos de tu casa o en tu propia cárcel interior. Independientemente de dónde estés o de cuánto hayas estado allí, la misericordia y la gracia de Dios pueden alcanzarte. Como Él es el Todopoderoso (Éxodo 6:3) y está en todas partes (Jeremías 23:23-24), es capaz de protegerte y sustentarte cuando pareciera que nadie puede ayudarte. – JBS
¡Señor, gracias por estar conmigo siempre!
Dios está presente… aun cuando nos parece que no es así.
Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2019, Página 353.
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