UNO POR UNO

LECTURA: Hechos 8:26-35

Entonces Felipe […] le anunció el evangelio de Jesús. – Hechos 8:35

Edward Payson fue un famoso predicador. Un lluvioso domingo, su audiencia era una sola persona. Meses más tarde, ese asistente solitario lo llamó y le dijo: “En aquel culto, acepté a Cristo como Salvador, porq    ue cada vez que hablaba del pecado y de la salvación, yo miraba alrededor para ver a quién se refería, pero como no había nadie más, ¡no me quedaba otra opción que aplicar cada palabra a mi corazón y a mi conciencia!”.

Dios nos salva uno por uno. Si tienes acceso a una sola persona, ese es tu campo misionero. Un dicho expresa: “Toda alma que tiene a Cristo es un misionero; toda alma que no lo tiene, es un campo misionero”. Una sola persona no puede alcanzar a todo el mundo, pero podemos amar a nuestro prójimo. “¿Quién es nuestro prójimo?”, preguntamos. La próxima persona con la que te cruces en el camino.

El Espíritu guió a Felipe para que encontrara con el etíope eunuco, el cual estaba leyendo las Escrituras y necesitaba que alguien le explicara (Hechos 8:26-35). Después, el mismo Espíritu le dio al apóstol las palabras apropiadas, y el eunuco confesó su fe en Cristo (v.37).

Pídele a Dios que te lleve ante la persona que Él ha preparado. Te colocará en el lugar y el momento precisos para hablar con ese individuo. El Señor hablará a través de tus labios y obrará por medio de tus manos, y cumplirá en ti el gran propósito de su voluntad. – DHR

Triunfas en el reino de Dios si eres fiel donde Él te ha colocado.

 Nuestro Pan Diario Israel, Edición Anual 2015, Publicaciones RBC, Página 117.

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