… él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos. Jueces 13:5
Cuando un poderoso tifón arrasó la ciudad de Tacloban, en Filipinas, murieron unas 10,000 personas, y muchos sobrevivientes se encontraron sin casa y sin trabajo. Tres meses más tarde, mientras la ciudad todavía luchaba para recuperarse, un bebé nació al borde de un camino cerca de la ciudad, en medio de lluvias torrenciales y un fuerte viento. Aunque el clima traía recuerdos dolorosos, los habitantes trabajaron juntos para encontrar una partera y transportar a la madre y al recién nacido a una clínica. El bebé sobrevivió, creció y se transformó en un símbolo de esperanza durante una época de desesperación.
Cuarenta años de opresión filistea caracterizaron un periodo oscuro en la historia de Israel. Durante esa época, un ángel le informo a una mujer israelita que daría a luz un hijo especial (Jueces 13:3). Ese bebé sería nazareo (separado para Dios) y comenzaría “a salvar a Israel de manos de los filisteos” (v.5). El pequeño Sansón fue un regalo de esperanza en medio de tiempos difíciles.
Los problemas son inevitables, pero Jesús tiene poder para rescatarnos de la desesperación. Cristo nació “para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz” (Lucas 1:79). – JBS
Señor, ayúdame a ver más allá de las circunstancias.
Jesús es la esperanza que calma las tormentas de la vida.
Nuestro Pan Diario, Edición anual 2017, Página 85.
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