El principio de la perseverancia

La perseverancia es el aliento o la fuerza interior que nos permite llevar a buen término las cosas que emprendemos. Los que son perseverantes tiene una alta motivación y un profundo sentido del compromiso que les impide abandonar las tareas que comienzan, y los animan a trabajar hasta el final. Para ser perseverante es una gran ayuda ser también disciplinados y decididos. La perseverancia es una cualidad común a las personas de carácter sólido, muchas de ellas líderes en campos de acción, que lejos de amilanarse frente a las dificultades o la adversidad, se engrandecen y redoblan sus esfuerzos, con gran determinación para conseguir los objetivos que se han fijado.

Si no ha escuchado usted la frase “la carrera cristiana no es una carrera de velocidad sino de resistencia” Para tratar de expresar el hecho de que no se trata de cuán pronto crezcamos ni que posiciones alcancemos en la batalla sino de hacerlo de forma segura. Confiando en que vamos avanzando hacia las metas que Dios quiere que alcancemos y en su tiempo. Dice el libro de Eclesiastés: Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” algunos quizás comienzan muy bien pero bien pronto se dejan desanimar por el enemigo y abandonan la carrera, otros se desvían poco después de haber comenzado y tratan de acomodar el evangelio a ellos y no ellos al evangelio. Jesús dejo las reglas de esta carrera muy claras en su Palabra: “el que ama su vida la perderá, y el que pierde su vida por causa de mí la hallará”.

Hay que poner la mirada en el Autor y consumador de nuestra fe, Hebreos 12:1, y seguir avanzando sin mirar nada más. Algunos ponen sus ojos en los hombres y pronto les vemos caer así como Pedro se hundió al quitar la mirada de Jesús mientras caminaba sobre las aguas. ¡Qué triste ver como hermanos en Cristo se apartan! y buscan todo tipo de excusas porque no quieren reconocer sus errores. El Salmo 19: 12 dice : “ Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Jesús dijo: “ Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida” Si, se requiere fidelidad y perseverancia para alcanzar las promesas de Dios.

La ansiedad no puede ser parte de la vida del cristiano, porque nosotros los cristianos vivimos día a día confiando en Dios y haciendo las cosas que son agradables delante de él. Si creemos en lo que hacemos y nos armamos de paciencia para sortear los obstáculos que se nos presentan en el camino, si no perdemos de vista nuestras metas y luchamos contra el cansancio o el desánimo, sentiremos una incomparable satisfacción cuando tengamos ante nosotros el fruto de nuestro esfuerzo.

Maité Herrera Cohen de Moreno