No tengo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad. – 3 Juan 4
La vida de Bob y Evon Potter, una pareja amante de la diversión, y las de sus tres hijos tuvo un vuelco maravilloso en 1956, cuando, durante una campana de evangelización de Billy Graham, aceptaron a Cristo como Salvador. Al poco tiempo, con el deseo de compartir su fe y alcanzar a otros, abrieron su casa los sábados por la noche para estudiantes de secundaria y universitarios que querían estudiar la Biblia. Un amigo me invitó y me convertí en un asistente habitual.
La preparación de lecciones, la memorización y un estudio serio de las Escrituras se conjugaban con una atmosfera de amistad, gozo y risas, mientras nos desafiábamos mutuamente y el Señor transformaba nuestras vidas.
Seguí en contacto con los Potter durante años, y muchas tarjetas y cartas de Bob terminaban siempre con estas palabras: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” (3 Juan 4). Como Juan le escribió “a Gayo, el amado” (v.1), así alentaba Bob a todos los que conocía, para que siguieran caminando con el Señor.
Hace unos años, asistí a su funeral, una ocasión gozosa y repleta de personas que continuaban en el sendero de la fe; todo porque una joven pareja abrió su casa y sus corazones para ayudar a otros a encontrar al Señor. – DCM
Hoy, anima a alguien en su andar de fe.
Nuestro Pan Diario, Edición anual 2018, Página 137.
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