EL DIOS DE LA VICTORIA

LECTURA: 2 Corintios 2:14-17

No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. – Romanos 12:21

En la mitología griega, Niké era la diosa de la victoria. Ella luchó del lado de los dioses olímpicos y obtuvo la victoria sobre los poderosos titanes. Como resultado, se convirtió en el símbolo del triunfo. Pero los supuestos poderes de Niké no se limitaban simplemente a la guerra, sino que también llegó a ser la diosa favorita de los atletas que deseaban ganar las competiciones deportivas. Los romanos la adoptaron y la adoraron, y le pusieron un nombre latino: Victoria.

El mundo grecorromano donde enseñaba Pablo valoraba muchísimo la victoria. Así que, cuando él comunicaba la verdad cristiana, usaba palabras que sus oyentes entendieran. En sus cartas, describía a Cristo como Aquel que nos guía en un desfile de victoria militar (2 Corintios 2:14-17), y comparaba la vida cristiana con alguien que estaba entrenando para los antiguos juegos olímpicos (1 Corintios 9:24-27).

Pablo también usaba la palabra victoria para referirse a nuestras luchas contra aquellos que nos hieren deliberadamente. “Vence [sé un vencedor] con el bien el mal” (Romanos 12:21). Tal vez esto signifique devolver bondad por maldad o establecer límites de manera respetuosa al comportamiento maligno. En cualquiera de estos casos, nosotros solos no podemos generar una actitud de amor. Pero en Cristo, disponemos del poder divino que los antiguos paganos solo podían tener la esperanza de alcanzar. Jesucristo es el auténtico Dios de la victoria. – H. Dennis Fischer

Dios nos dará la victoria cuando nos unamos a Él en la lucha.

Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición Anual 2015, Publicaciones RBC, 22 de enero.

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