¿ME AMARÁ MÁS?

LECTURA: Job 12:1-10

Aquel cuyos pies van a resbalar es como una lámpara despreciada de aquel que está a sus anchas. – Job 12:5

Durante una recesión difícil, organicé un grupo para ayudar a otros creyentes que se habían quedado sin trabajo. Les proporcionábamos reseñas de currículos, redes de contactos y respaldo en oración. Pero surgió un problema: cuando alguien conseguía trabajo, casi nunca volvía al grupo para brindar estímulo. Eso aumentaba el sentimiento de soledad y aislamiento del resto.

Sin embargo, peores fueron los comentarios de quienes nunca habían perdido el trabajo, ya que reflejaban las acusaciones de los amigos de Job ante su sufrimiento: “Si fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará [Dios] por ti, y [te] hará [prosperar]” (8:6). En el capítulo 12, Job empieza a expresarse en términos modernos que los trabajadores pueden entender. Confiesa que se siente despreciado por aquellos que viven sin problemas (v.5).

Cuando las cosas nos van bien, tal vez empezamos a pensar que los que no tenemos problemas somos, en cierto modo, mejores, o que Dios nos ama más a nosotros que a aquellos que luchan. Olvidamos que los efectos de este mundo caído no discriminan.

El Señor nos ama a todos, y todos lo necesitamos… en las buenas y en las malas. El éxito, la abundancia y la posición social que Dios nos ha dado son herramientas para ayudarnos a alentar a otros en tiempos de necesidad. – RKK

Señor, danos humildad para no actuar como los injustos amigos de Job. Muéstranos como ayudar a los que sufren. Amén.

 Ser humildes ante Dios nos hace bondadosos con los demás.

 Nuestro Pan Diario Israel, Edición Anual 2015, Publicaciones RBC, página 20.

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