LECTURA: Marcos 12:41-44
…pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.– Marcos 12:44
Jesús se sentó en el templo cerca del arca de la ofrenda y observó mientras las personas se acercaban a depositar sus ofrendas para el templo (Marcos 12). Algunos montaban un espectáculo, tal vez para que los demás pudieran ver cuánto habían dado. Justo en ese momento, vino una mujer pobre y echó dos “blancas”.
Una blanca era la moneda de menor valor en circulación. Por lo tanto, la ofrenda de la viuda era muy pequeña y de ningún valor a los ojos de muchos. Pero nuestro Señor vio lo que los demás no había visto: ella había dado “todo lo que tenía” (Marcos 12:44). La viuda no estaba tratando de llamar la atención. Simplemente, hacia lo que podía. ¡Y Jesús lo notó!
No debemos olvidar que el Señor ve todo lo que hacemos, aunque pueda parecer muy pequeño. Tal vez no sea nada más que mostrar un semblante alegre en momentos difíciles o un acto inadvertido de amor y amabilidad hacia alguien que pasa por casualidad. Quizá sea una oración breve y en silencio por algún vecino necesitado.
Jesús dijo: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos […]. Mas cuando tú des limosna […] sea […] en secreto; y tu Padre que te ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:1-4). – H. Dennis Fischer
Dios ve el corazón, no la mano; al dador, no la ofrenda.
Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición Anual 2015, Publicaciones RBC, 17 de Noviembre.
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