Domar la lengua

…mas el que refrena sus labios es prudente. – Proverbios 10:19

En los parques de diversiones, los autos chocadores son muy populares. A la gente le gusta conducir imprudentemente durante unos minutos y estrellarse a propósito, aunque sin hacer daño, contra los coches de otras personas.

A algunos les gusta “colisionar” en sus relaciones con los demás. Usando palabras rudas, chocan deliberadamente contra los sentimientos de otros, lo cual es, sin duda, dañino.

Salomón escribió: “El que refrena sus labios es prudente” (Proverbios 10:19). Pero Santiago declaró: “Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal” (Santiago 3:8). Dijo que con la lengua bendecimos a nuestro Dios, que nos creó, pero también maldecimos a sus criaturas (v.9). Y, para que no pensemos que los creyentes bendicen y que los incrédulos maldicen, tenemos que recordar que Santiago estaba escribiéndoles a los cristianos.

Para domar nuestra lengua, necesitamos la ayuda de Dios. En Romanos 6:13, Pablo señalo que debemos tomar una decisión: presentar los miembros de nuestro cuerpo “a Dios como instrumentos de justicia” y no “al pecado como instrumentos de iniquidad”.

Hoy todos los días, opta por presentar tu cuerpo, incluso tu lengua desenfrenada, como sacrificio vivo a Dios (Romanos 12:2) para que Él la use como instrumentos de bendición. – JEY

Para refrenar la lengua, dale a Dios las riendas de tu corazón.

Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2016, Página 287.

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