Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. – 1 Pedro 4:9
El invierno pasado, estábamos ayudando a acomodar cajas con materiales en un evento de Nuestro Pan Diario, cuando Corina nos saludó. Era a mediados de la mañana, y ella estaba segura de que debíamos tener hambre y sed. Le dije que estábamos “bien”, pero ella respondió: “Yo sé que están bien, pero necesitan comer algo”. Pocos minutos después, regresó con un poco de agua fresca y algo para comer.
Durante los dos días que estuvimos allí, Corina pasaba para ver si necesitábamos algo, nos traía comida y agua, y se llevaba la basura. En una ocasión, le agradecí, diciendo: “Corina, tienes el don de la hospitalidad, ¿no es así?”. Ella bajó la vista y contestó: “No lo sé. Pero usted escribe los artículos devocionales y yo limpio. Y Dios es glorificado”.
El deseo de Corina es glorificar al Señor ayudando a la gente. Sin duda, tiene el don de la hospitalidad, y lo ejercita bien. Dios ha dotado a cada uno de sus hijos de talentos y capacidades para que Él pueda servir a otros por nuestro intermedio. Puedes encontrar una lista de esos dones en Romanos 12:4-13, 1 Corintios 12:27-31, Efesios 4:7-12 y 1 Pedro 4:9-11.
El Señor nos ha dado dones “para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén” (1 Pedro 4:11). – AMC
Tú eres único; Dios te creó para que lo glorifiques como solamente tú puedes hacerlo.
Nuestro Pan Diario Israel, Edición anual 2015, Página 221.
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