CHIRPY 

Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. 

1 Reyes 17:6 

Durante doce años, Chirpy, una gaviota, visita diariamente al hombre que ayudó a curar su pata quebrada. Juan la invitaba a acercarse mostrándole galletas para perros, y así pudo alimentarla hasta que se curó. Chirpy vive en Instow Beach, en Devon, Inglaterra, pero entre septiembre y marzo, el ave y Juan se encuentran fácilmente: Chirpy vuela directo hacia él cuando llega a la playa; aunque no se acerca a ningún otro ser humano. Sin duda, es una relación inusual. 

El vínculo entre Chirpy y Juan me recuerda otra relación fuera de lo común entre un hombre y un ave. Cuando el profeta Elías fue enviado al desierto para esconderse en el arroyo de Querit, Dios le dijo que bebiera del arroyo, y que Él enviaría cuervos para proveerle alimento (1 Reyes 17:3-4). A pesar de las circunstancias y el entorno complicado, su necesidad de agua y comida fue suplida. Aunque los cuervos no eran buenos proveedores – por alimentarse con comida sucia-, aun así, le llevaban a Elías comida sana.

Quizás no nos sorprenda que un hombre ayude a un ave, pero cuando un ave le provee a un hombre “pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde”, esto solo puede explicarse con el poder y el cuidado de Dios (v. 6). Tal como Elías, también podemos confiar en que Dios proveerá para nosotros.  – KHH

Dios, ayúdame a confiar en ti siempre.

¿Cómo ha suplido Dios de manera sorprendente tus necesidades? 

¿Cómo profundizó eso tu confianza en Él? 

Nuestro Pan Diario, Volumen 26, Página 87.

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