CÁNTICO NUEVO

Cantad alegres al Señor, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos. – Salmo 98:4

A los 94 años, el pastor Willis fue internado en una casa de retiro. Desde su silla de ruedas, explicaba con gozo cómo Dios le había dado un nuevo campo misionero donde compartir el evangelio. Cuando quedó postrado en cama algunos años después, hablaba con entusiasmo de cómo estaba en la mejor posición posible para mirar a Dios. Cuando murió a los 100 años, Willis dejó tras sí el legado de alguien que entonó un cántico nuevo de alabanza en cada giro de su vida terrenal.

El Salmo 98 nos exhorta a cantar un cántico nuevo para Dios, quien “ha hecho maravillas; su diestra [nos] ha salvado, y su santo brazo” (v.1). Debemos alabarlo –aun en momentos de dificultad-, porque Dios recuerda “su misericordia y […] su verdad” (v.3). Aunque este salmo habla de cómo el Señor libró a los israelitas de la esclavitud, de manera profética también trata de nuestra salvación por medio de Jesucristo nuestro Señor. Y, al recordar lo que Dios ha hecho por nosotros, podemos confiar en que nos ayudará con las dificultades de hoy, así como también con las incertidumbres de mañana.

El salmista escribió: “Brame el mar y su plenitud, el mundo y los que en el habitan; […] los montes todos hagan regocijo” (vv. 7-9). ¡Unámonos a la creación de Dios cantando alabanzas a nuestro Salvador! – Albert Lee

Un corazón en sintonía con Dios canta melodías de alabanza.

Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2015, 17 de Agosto.

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