TENTAR AL PECADOR

No […] aparté mi corazón de placer alguno; […] y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu…  – Eclesiastés 2:10-11

En la mitología griega, el rey Tántalo ofendió a los dioses fue castigado en el otro mundo. Lo pusieron en un lago donde el agua le llegaba a la barbilla, pero siempre que intentaba satisfacer su intensa sed, el agua se alejaba. Encima de su cabeza había ramas llenas de frutos escogidos, pero cuando trataba de satisfacer su hambre, se le escapaban de las manos.

Por esta razón, Tántalo se convirtió en el símbolo de la frustración máxima. Incluso hoy, su nombre se recuerda en la palabra tentar, sinónimo de provocar, instigar.

Fuera de una relación con Dios, muchas cosas en la vida son tentadoras, pero no gratificantes. El autor de Eclesiastés procure encontrar felicidad por medio del conocimiento, el placer, las riquezas y el trabajo. Nada satisfizo la sed de su alma. Por eso, escribió: “Vanidad de vanidades, […] todo es vanidad” (1:2). Recién encontró el verdadero propósito de la vida cuando se centró en conocer a Dios y en agradarlo (12:13-14).

Si estás entre los que han sido tentados por lo que creían que iba a brindarles felicidad y paz, y te sientes frustrada y exhausta, acude a Jesús. Él prometió: “Yo os hare descansar” (Mateo 11:28). Descubrirás con gozo que el Señor tiene todo lo que siempre has esperado… y mucho más. – HGB

Sólo Cristo, el agua vida, puede satisfacer el alma sedienta.

Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2016, Pagina 125.

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