…Él saca y cuenta su ejército de estrellas; a todas las llama por su nombre. – Isaías 40:26
Preocupado por asuntos del trabajo y del hogar, Mateo decidió salir a caminar. La brisa primaveral era encantadora, mientras el inmenso cielo azul se oscurecía y una espesa niebla descendía lentamente sobre el pantano. Las estrellas comenzaban a brillar, anunciando la salida de la luna llena. La ocasión le resultósumamente espiritual, y pensó: Dios está allí; Él lo hizo.
Algunos miran el cielo nocturno y solo ven la naturaleza. Otros, un dios tan distante y frío como Júpiter. Pero el mismo Dios que “tiene su trono sobre el arco de la tierra”, también “saca y cuenta su ejército de estrellas; a todas las llama por su nombre” (Isaías 40:22,26). Conoce íntimamente su creación.
Este mismo Dios personal le preguntó a su pueblo: “¿por qué dices que tu camino está oculto para el Señor […], alegas que Dios pasa por alto tu derecho?”. Dolido, les recordó cuán sabio es buscarlo: “¿Acaso no sabes, ni nunca oíste decir […]? El Señor […] da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece” (vv. 27-29).
Tendemos a olvidar fácilmente a Dios. Nuestros problemas no desaparecerán con una caminata, pero si podemos descansar y estar seguros de que el Señor obra siempre para cumplir sus buenos propósitos. Dice: “Aquí estoy; yo te hice. – TG
Debemos dar a Dios el mismo lugar en nuestro corazón que el que tiene en el universo.
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