Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, oh Señor, y cantaré a tu nombre. – 2 Samuel 22:50
Los participantes de una conferencia en una iglesia de Nebraska recibieron globos llenos de helio y se les dijo que los soltaran en un momento del culto de adoración cuando sintieran deseos de expresar su gozo. A lo largo del culto, los globos ascendieron uno a uno. Pero cuando terminó la reunión, una tercera parte de la gente no los había soltado. Me pregunto si no se les ocurrió ninguna razón para alabar a Dios.
El rey David hubiera soltado su globo cuando interpretó su cántico de alabanza registrado en 2 Samuel 22. Dios lo había librado de todos sus enemigos (v.1). Anteriormente, cuando estaba ocultándose del rey Saúl en el desierto rocoso, aprendió que la verdadera seguridad se halla solo en Dios (1 Samuel 23:25). El corazón de David tenía que “dar gracias” y “cantar alabanzas”, porque el Señor se había convertido en su roca, fortaleza, libertador, escudo, refugio y Salvador (2 Samuel 22:2-3, 50).
¿Qué ha sido Dios para ti durante toda tu vida? ¿Paz en un tiempo caótico? ¿Consuelo en medio de la pérdida? ¿Perdonador ante una decisión pecaminosa? ¿Fortaleza en una tarea difícil?
Toma una hoja de papel y escribe tu lista de acción de gracias. Luego, dedica un tiempo para alabar a Dios por todo lo que es y ha hecho.
¡Suelta tu globo! – Anne M. Cetas
La alabanza es el desbordamiento de un corazón gozoso.
Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición Anual 2014, Publicaciones RBC, página 260.
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