SIEMPRE CONTIGO

“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres.”

Génesis 28:15

En el invierno, la carretera que rodea la ribera sur del lago Michigan puede ser traicionera. Un fin de semana, mientras regresábamos en automóvil desde Chicago a Grand Rapids, una acumulación de hielo y nieve hizo disminuir la velocidad del tránsito, provocó muchos accidentes y casi duplicó el tiempo de nuestro viaje de vuelta. Nos sentimos aliviados cuando salimos de la autopista para tomar el camino a casa. En ese momento, mi esposo exclamó a viva voz: “Gracias, Señor. Creo que ahora ya puedo seguir solo”.

En cuanto terminó de decir esas palabras, el coche hizo un giro de 180 grados. Cuando se detuvo, y con el corazón saliéndose de nuestro pecho, lo único que podíamos imaginarnos era a Dios diciendo: “¿Estás seguro?”.

¿Por qué a veces tratamos de andar solos por la vida cuando podemos acudir a Dios todo el tiempo? Él dijo: “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres” (Génesis 28:15). Y también nos asegura: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5).

El matemático, teólogo y predicador escocés Thomas Chalmers (1780-1847) escribió: “Cuando voy por el sendero, Él está conmigo. Cuando estoy acompañado, aunque yo no lo recuerde para nada, Él nunca se olvida de mí […]. Vaya donde vaya, Él me cuida, me vigila y me protege”.

¡Qué consuelo saber que Dios siempre está conmigo, que no necesitamos andar por la vida solos! – CHK

La presencia de Dios da gran consuelo.

Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2020, Página 12.

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