SENTARSE UN RATO

Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Lucas 19:5

Cuando yo era niño, todos los meses salíamos en una excursión familiar para visitar a mis abuelos maternos. Cuando llegábamos a la puerta de la granja, la abuela siempre nos saludaba diciendo:” Pasen y siéntense un rato”. Era su forma de decirnos que nos pusiéramos cómodos y charláramos para “ponernos al día”.

La vida puede volverse muy ajetreada. En nuestro mundo orientado hacia la acción, no es fácil llegar a conocer bien a la gente. Resulta difícil encontrar tiempo para pedirle a alguien que “se siente un rato”. Podemos hacer más cosas si nos escribimos un mensaje y vamos directo al asunto.

Sin embargo, observa lo que hizo Jesús cuando quiso marcar una diferencia en la vida de Zaqueo, un recaudador de impuestos: fue a su casa y se sentó un rato. Sus palabras, “es necesario que pose yo en tu casa”, indican que no fue una parada breve (Lucas 19:5). Jesús pasó tiempo con él, y la vida de Zaqueo dio un vuelco.

En el porche delantero de la casa de mi abuela había varias sillas; una cálida invitación a todas las visitas a relajarse y conversar. Si deseamos conocer a alguien y marcar una diferencia en su vida – como lo hizo Jesús con Zaqueo-, tenemos que invitar a esa persona a “pasar y sentarse un rato”. – JDB

El mejor regalo que puedes darles a los demás es tu tiempo.

Nuestro Pan Diario, Edición anual 2018, Página 194.

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