RIQUEZAS DEL ALMA

… No me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario. – Proverbios 30:8

Con la esperanza de ganar un premio récord de 640,000,000 de dólares, los norteamericanos gastaron unos 1.500.000.000 para comprar billetes de lotería para un sorteo interestatal a principios de 2012. Las posibilidades de ganar eran la asombrosa cantidad de 1 en 176,000,000, pero la gente formaba fila en los supermercados, las gasolineras y las cafeterías para comprar un chance de enriquecerse. Algo en nuestro interior nos hace pensar que el dinero resolverá los problemas y mejorará nuestra vida.

Un personaje de la Biblia llamado Agur tenía una perspectiva diferente sobre las riquezas cuando le pidió a Dios que le otorgara dos peticiones antes de morir.

En primer lugar, solicitó: “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí” (Proverbios 30:8). La integridad es clave para vivir sin ansiedad. Cuando no tenemos nada que esconder, tampoco hay nada que temer. El engaño esclaviza, pero la honestidad libera. Segundo, declaró: “No me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario” (v.8). La satisfacción brota al confiar en la provisión de Dios y aceptar con gratitud lo que Él nos proporciona. Al hablar del Creador, Agur señaló que el Señor “… afirmó todos los términos de la tierra […]. Él es escudo a los que en el esperan” (vv.4-5).

La integridad y el contentamiento son riquezas del alma al alcance de todos. A nuestro Señor le agrada conceder esos tesoros a todos los que le piden. – DCM

 ¡La insatisfacción empobrece, pero el contentamiento enriquece!

Nuestro Pan Diario Israel, Edición anual 2015, página 77.

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