Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos. – 1 Timoteo 6:18
Un hombre de negocios que vendió su compañía de construcción de carreteras dejó pasmados a sus empleados cuando repartió entre ellos una tercera parte de las ganancias. Cada uno de sus 550 empleados recibió una parte de los 128 millones de dólares, y algunos de sus asociados de largo tiempo en la compañía recibieron bonos de un millón de dólares cada uno… libres de impuestos.
“Lo que realmente da sentido a la vida es compartir los buenos tiempos – dijo el dueño-. La gente trabaja muy arduamente para nosotros […]. Yo quería hacer lo correcto”.
Un amigo me dijo una vez: “A veces, Dios no nos confía dinero porque queremos conservarlo, cuando Él quiere que lo demos”. Yo ponderé esa afirmación al ver lo que hizo ese generoso hombre de negocios y las palabras de las Escrituras dirigidas a “los ricos de este siglo” (1 Timoteo 6:17). Pablo dijo: “Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos” (v.18).
Es fácil decir: Si tuviera millones, con gusto compartiría con los demás lo que tengo. Pero, ¿lo haría realmente? ¿Qué riquezas relacionadas con el tiempo, los talentos o los tesoros estoy acumulando hoy? ¿Qué me ha dado Dios que no estoy dispuesto a compartir?
Cualquiera sea la forma en que Dios nos bendiga, Él anhela que estemos gozosos y que seamos generosos al compartir esas bendiciones. – DCM
El Señor no solo ve cuánto damos, sino también cuánto guardamos.
Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2016, Página 217.
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