…resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida… – Filipenses 2:15-16
Mientras esperaba para girar a la derecha en un cruce muy transitado, apareció una ambulancia en la cima de una colina, a toda velocidad y en la misma dirección que yo. Alguien tocó la bocina desde atrás para que yo avanzara. Sabía que la ambulancia no se detendría y que, si giraba, podría ocurrir un desastre. Así que, mantuve el pie en el freno y me quedé donde estaba.
Espiritualmente hablando, debemos “quedarnos donde estamos” y permanecer fieles a Dios, aunque los demás nos presionen. El rey Salomón tuvo que aprender esto a la fuerza. Comenzó su reinado pidiéndole a Dios sabiduría (1 Reyes 3:9), pero no mantuvo su consagración. Se casó con mujeres extranjeras que, a la larga, lo indujeron a adorar a otros dioses. Cerca del final de su vida, “su corazón no era perfecto con el Señor su Dios” (1 Reyes 11:1-6; Nehemías 13:26).
Hoy, la gente también puede inducirnos a ser desleales a Dios y su verdad. Sin embargo, con la ayuda del Señor, podemos permanecer aferrados a la palabra de vida (Filipenses 2:16). Si te sientes presionado a entrar en una peligrosa intersección de creencias, estudia la Palabra de Dios, ponte tu armadura (Efesios 6:10-18) y pídele al Espíritu Santo que te ayude (1 Corintios 2:10-12). Después, permanece firme con tus hermanos en Cristo. – JBS
Señor, quiero permanecer firme en ti.
Para evitar que te empujen hacia el error, mantente bien aferrado a la verdad.
Nuestro PanDiario Mujeres, Edición anual 2019, Página 218.
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