OBSERVACIÓN

…Bendito sea el que te ha reconocido…

Rut 2:19

Mientras estaba haciendo fila para pagar, calculaba cuánto sería y trataba de impedir que mi hijo se perdiera. Casi ni me di cuenta cuando la mujer que estaba delante de mí salió rápidamente y dejó todos sus artículos en el mostrador. La empleada me comentó que aquella mujer no tenía suficiente dinero para pagar. Me sentí muy mal; si tan solo me hubiera percatado de lo que pasaba, la habría ayudado.

En el libro de Rut, Booz vio una mujer cosechando en el campo y se enteró de su apremiante situación (2:5). Supo que había enviudado un poco antes y que estaba ganándose el pan para ella y para su suegra. También vio que necesitaba protección y les advirtió a sus segadores que no la molestaran (v.9). Le proveyó más comida al indicarles a sus empleados que dejaran caer grano a propósito (v. 16), e incluso se ocupó de consolarla y de suplir sus necesidades emocionales (vv. 11-12). Cuando Noemí, la suegra de Rut, oyó sobre todo esto, dijo: “Bendito sea el que te ha reconocido” (v. 19).

¿Eres consciente de las necesidades de las personas que te rodean… en la iglesia, en el vecindario o debajo de tu propio techo? Considera hoy como podrías ayudar a alguien a sobrellevar su carga. Entonces, estarás cumpliendo el plan de Dios para tu vida (Gálatas 6:2; Efesios 2:10).  – JBS

Señor, quiero estar alerta a la necesidad de otros.

Dios obra a través de nosotros para suplir las necesidades de los que nos rodean.

Nuestro PanDiario Mujeres, Edición anual 2019, Página 214.

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