¿LE IMPORTAMOS A DIOS?

LECTURA: Isaías 49:8-18

… En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé…– Isaías 49:8

“Cuando veo tus cielos”, escribió el salmista, “digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria…?” (Salmo 8:3-4). El Antiguo Testamento gira alrededor de esta pregunta. Mientras trabajaban arduamente en Egipto, a los esclavos hebreos les resultaba difícil creer que Dios se ocuparía de ellos, como afirmaba Moisés. El escritor de Eclesiastés formuló la pregunta de un modo más cínico: ¿Hay algo que realmente importe?

Estaba preguntándome lo mismo cuando me invitaron a hablar en una conferencia sobre el tema: “…En las palmas de las manos te tengo esculpida” (Isaías 49:16).

Dios le hizo esta conmovedora declaración a una nación que atravesaba el peor momento de su historia, cuando Isaías profetizó que la llevarían cautiva a Babilonia. Al oír esto, el pueblo se lamentó: “Me dejó el Señor, […] se olvidó de mí” (Isaías 49:14). Frente a este lamento, Dios hizo una serie de promesas (los cánticos del Siervo, Isaías 42-53), con lo cual abrió un marco de esperanza para la liberación frente a los hostiles enemigos. Predijo la encarnación y la muerte del Siervo como sacrificio.

¿Le importamos a Dios? La Navidad evoca la respuesta del Señor: “He aquí la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel” (7:14). – PY

“La venida de Cristo es la prueba final e irrefutable de que Dios se interesa por nosotros”. – Barclay

Nuestro Pan Diario, Edición Anual 2014, Publicaciones RBC, página 342.

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