JUGAR CON DOLOR

Antes si aflije, también se compadece según la multitud de sus misericordias.– Lamentaciones 3:32

Gary Carter, jugador de béisbol y miembro del Salón de la Fama, era seguidor de Cristo. Durante sus 19 años de carrera, su fe en Dios le dio fortaleza y resistencia para competir. En un artículo del Wall Street Journal, poco después de la muerte de Carter a los 57 años por un tumor cerebral, el escritor Andrew Klavan relató cómo había influido en su vida.

A finales de la década de 1980, Klavan atravesaba el peor momento de su vida y pensaba suicidarse. Entonces escuchó una entrevista a Carter después de un partido. Su equipo, los New York Mets, había ganado, y el maduro jugador había colaborado corriendo esforzadamente en un momento crucial del partido. Le preguntaron cómo había podido hacerlo con sus rodillas tan doloridas. Klavan escuchó su respuesta: “A veces, uno simplemente tiene que jugar con dolor”. Esa simple declaración lo ayudo a salir de su depresión. “¡Yo también puedo hacerlo!”, declaró. Animado, encontró esperanza… y más tarde, puso su fe en Cristo como Salvador.

La consoladora verdad detrás de la afirmación de Carter proviene de Lamentaciones. Quizá enfrentemos tristezas, dolores y dificultades, pero no tenemos que hundirnos en la autoconmiseración. El mismo Dios que permite que suframos también derrama sobre nosotros su abundante consolación (Lamentaciones 3:32). Con el amor del Señor que nos levanta, podemos (si es necesario) “jugar” con dolor. – DCR

Dios te librará del sufrimiento o te dará gracia para soportarlo.

Nuestro Pan Diario Israel, Edición anual 2015, Página 176.

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