GRACIA EN NUESTRO CORAZÓN

Sea vuestra palabra siempre con gracia…  

Colosenses 4:6

Hace unos años, en una cena formal en Washington, una consejera presidencial confundió al general Peter Chiarelli (en ese momento, el segundo más importante en el ejército estadounidense) con un mesero. Mientras el general estaba detrás de ella vestido con su uniforme, la consejera le pidió que le trajera una bebida. Entonces, ella se dio cuenta de su error, y el general la tranquilizócon mucha gracia, le llenóla copa y hasta la invitóa comer con su familia en algún momento.

“Gracia” puede suponer un acto de bondad o cortesía, como en el caso del general. Pero también tiene un significado más profundo para el seguidor de Cristo. Somos receptores del increíble favor gratuito e inmerecido – la gracia –  que Dios nos dio mediante su Hijo Jesús (Efesios 2:8).

 Como recibimos gracia, debemos mostrarla en nuestra manera de tratar a los demás; por ejemplo, en nuestra forma de hablar: “Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia” (Eclesiastés 10:12). La gracia en nuestro corazón se derrama en nuestras palabras y acciones (Colosenses 3:16-17).

Mostrar la gracia que hay en nuestro corazón es una consecuencia lógica en la vida del seguidor de Jesucristo, quien ofreció la mayor gracia de todas. – CHK

Padre celestial, ayúdame a sazonar mis palabras con gracia y honrarte en todo lo que diga y haga. 

La gracia de Dios en el corazón trae buenas obras en la vida. 

Nuestro PanDiario Mujeres, Edición anual 2019, Página 82. 

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