…Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.
1 Pedro 2:11-23
Cuando Sammy, de dieciocho años, recibió a Jesús como Salvador, su familia, de una fe diferente, lo rechazó. Pero otra comunidad cristiana lo recibió, alentándolo y financiando sus estudios. Posteriormente, cuando su testimonio se publicó en una revista, la persecución fue mayor.
Pero Sammy no dejó de ver a su familia. Cuando su padre se enfermó, desestimó las ofensas de sus hermanos, y lo acompañó, orando para que se mejorara. Cuando Dios los sanó, la familia empezó a recibirlo mejor. Tiempo después, por su testimonio de amor, algunos de sus familiares quisieron escuchar sobre Jesús.
Decidir seguir a Cristo puede traernos dificultades. Pedro escribió: “esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente” (1 Pedro 2:19). Cuando somos maltratados o sufrimos por causa de nuestra fe, lo hacemos porque “Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que [sigamos] sus pisadas” (v.21).
Aun cuando otros insultaban a Jesús, Él “no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” (v. 23). Jesús es nuestro ejemplo de sufrimiento, y podemos recurrir a Él para tener fuerza para seguir adelante. – LD
Señor, ayúdame a seguir tu ejemplo con mi conducta y cuando enfrento sufrimientos por ti.
Cuando sufrimos por Jesús, Él se pone a nuestro lado para atravesar juntos la situación.
Nuestro Pan Diario, Edición anual 2020, Página 103.
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