Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo y mi refugio…
Salmo 59:16
Cuando aldeanos franceses ayudaban a refugiados judíos a esconderse de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, algunos cantaban en los densos bosques de los alrededores… para avisarles a los refugiados que podían salir seguros de sus escondites. Estos valientes habitantes de Le Chambon-sur-Lignon habían obedecido el llamado del pastor local y de su esposa al recibir a los judíos en su planicie conocida como “La montaña protestante”. Su señal musical se convirtió en una muestra de la valentía de los aldeanos que ayudaron a salvar de la muerte a más de 3,000 judios.
En otro momento peligroso, David cantó cuando su enemigo Saúl envió asesinos a su casa. Pero su música no fue una señal, sino un canto de gratitud al Señor por refugiarlo: “yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia” (Salmo 59:16).
Su canto no es “silbar en la oscuridad” durante el peligro, sino expresar su confianza en el Dios todopoderoso: “Dios es mi alto refugio, el Dios que tiene misericordia de mí” (v.17).
Tanto la alabanza de David como la de aquellos aldeanos franceses invitan a bendecir al Señor con nuestro canto, a pesar de las dificultades de la vida. – PR
Señor, transforma mis temores y preocupaciones en cantos de alabanza y adoración a ti.
¿Qué sientes cuando estás cantando tu canción de adoración favorita? ¿Por qué te da fortaleza cantar alabanzas?
Nuestro Pan Diario, Volumen 25, Página 299.
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