LECTURA: Marcos 14:3-9
Pero Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. – Marcos 14:6
Después de un viaje de negocios, Tomás quería comprar unos regalos para sus hijos. El empleado de la tienda del aeropuerto le recomendó una serie de artículos costosos. “No traigo tanto dinero – dijo. Necesito algo más barato”. El hombre trató de hacerle sentir que estaba siendo tacaño. Pero Tomás sabía que sus hijos estarían contentos con cualquier cosa que él les llevara porque surgía de un corazón lleno de amor. Y tenía razón. A los niños les encantaron los regalos que les llevó.
Durante la última visita de Jesús a Betania, María quiso demostrar su amor por Él (Marcos 14:3-9). Así que, buscó “un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio”, y lo ungió (v.3). Los discípulos preguntaron airados: “¿Para qué este desperdicio?” (Mateo 26:8). Jesús les dijo que dejaran de molestarla, porque “buena obra me ha hecho” (Marcos 14:6). La Nueva Versión Internacional de la Biblia afirma: “Ella ha hecho una obra hermosa conmigo”. Jesús se deleitó en su regalo, ya que procedía de un corazón de amor. ¡Incluso ungirlo para ser sepultado era algo hermoso!
¿Qué te gustaría dar a Jesús para demostrarle tu amor? ¿Tu tiempo, tu talento, tu dinero? No importa si es costoso o barato, si otros te entienden o te critican. Todo lo que se da con un corazón de amor es hermoso para Él. – Anne M. Cetas
Un corazón sano late de amor por Jesús.
Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición Anual 2014, Publicaciones RBC, página 276.
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