…yo estoy entre vosotros como el que sirve. – Lucas 22:27
“¡Yo no soy sirvienta de nadie!”, grité. Esa mañana, las exigencias de mi familia parecían superarme, mientras ayudaba a mi esposo a buscar su corbata azul, le daba de comer a mi bebé y sacaba de debajo de la cama el juguete perdido de nuestro hijito de dos años.
Más tarde, ese mismo día, mientras leía la Biblia, encontré este versículo: “Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lucas 22:21).
Jesús no tenía que lavarles los pies a sus discípulos, pero lo hizo (Juan 13:5). Había sirvientes que podían hacerlo, pero el Señor prefirió servirlos Él mismo. La sociedad actual insiste en que debemos procurar “ser alguien”; queremos un trabajo bien redituable, el cargo más importante y ser líder en la iglesia. No obstante, dondequiera que estemos, podemos aprender de nuestro Señor cómo servir.
Tenemos diferentes roles como padres, hijos, amigos, trabajadores, líderes o estudiantes. La pregunta es: ¿realizamos estas tareas con una actitud de servicio? Aunque mi rutina puede ser cansadora, doy gracias que el Señor que me ayudará, porque quiero seguir sus pasos y servir a los demás. – KO
Señor, sé que viniste a servir. A veces, me olvido de los demás, pero quiero ser como tú. Dame un corazón como el tuyo.
Para ser como Jesús, necesitamos tener la actitud de un siervo.
Nuestro Pan Diario, Edición anual 2017, Página 129.
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