EL DON DEL SUEÑO

Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar […]; pues que a su amado dará Dios el sueño

Salmo 127:2

Dormir es esencial para la buena salud. Los científicos no saben con exactitud por qué es necesario, pero si conocen que sucede si no dormimos lo suficiente. Hay riesgo de envejecer prematuramente, de aumentar de peso o de padecer enfermedades. Lo que Dios hace en nuestro cuerpo mientras dormimos no deja de ser un milagro. Renueva nuestra energía, recompone y restaura nuestras células, y reorganiza la información en nuestro cerebro.

Hay muchas razones que impiden dormir lo suficiente, y algunas no podemos resolverlas; pero la Biblia señala que el exceso de trabajo no debe ser una de ellas (Salmo 127:2). Dormir es un don de Dios que debemos recibir con gratitud. Si nos cuesta dormir, tenemos que averiguar el porqué. ¿Nos levantamos temprano y nos acostamos tarde para ganar dinero y adquirir cosas innecesarias? ¿Participamos de ministerios que pensamos que nadie más es capaz de llevar a cabo?

A veces, me siento tentado a creer que el trabajo que yo hago cuando estoy despierto es más importante que el que Dios hace mientras duermo. Pero rehusar el don divino del sueño es como decirle que mi labor es más importante que la suya.

Dios no quiere que seamos esclavos del trabajo, sino que disfrutemos del sueño que nos regala. – JAL

Señor, gracias por el regalo del sueño.  

“Si uno no se retira y descansa, se desmorona”. Havner

Nuestro PanDiario Mujeres, Edición anual 2019, Página 173.

0 comentarios

Deja un comentario