DEJAR UN LEGADO

Y las repetirás a tus hijos, […] estando en tu casa, y andando por el camino… – Deuteronomio 6:7

Hace poco, mi nieto Alex me acompañó mientras hacía unos recados. Inesperadamente, me preguntó: “Abuelo, ¿cómo recibiste a Cristo como tu Salvador?”. Conmovido, le relaté sobre mi conversión cuando era un niño. Alex seguía interesado, así que le describí cómo su bisabuelo había llegado a la fe. Esto incluyó un breve resumen de cómo sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, su resistencia inicial al evangelio y la forma en que su vida cambió después de aceptar a Cristo como Salvador.

Posteriormente, recordé nuestra conversación cuando leí un pasaje de la Biblia que hablaba de la fe que se transmitía de generación en generación. En Deuteronomio, Moisés instruyó a los israelitas a que tomaran en serio las verdades de Dios y las compartieran con la siguiente generación como una manera de vivir: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarse, y cuando te levantes” (6:6-7).

La crianza bíblica no es garantía de que se tendrá una descendencia piadosa, pero cuando vemos interés espiritual en la siguiente generación, podemos cultivar conversaciones vitales sobre la Palabra de Dios. Este puede ser uno de los más grandes legados de una madre o padre, abuelo o abuela. – H. Dennis Fischer

El legado mas valioso de una madre o un padre es un ejemplo piadoso.

Nuestro Pan Diario Mujeres, Edición anual 2015, 14 de Septiembre.

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