COPERO DEL REY

¿Por qué está triste tu rostro? […] ¿Qué cosa pides? … – Nehemías 2:2,4

Uno de mis pasajes bíblicos favoritos relacionados con el trabajo es Nehemías 1-2. Nehemías, un funcionario del rey Artajerjes, había sido un trabajador tan ejemplar que el monarca quiso honrarlo brindándole ayuda cuando estuvo triste porque Jerusalén seguía en ruinas. Le preguntó: “¿Por qué está triste tu rostro? […] ¿Qué cosa pides?…” (Nehemías 2:2,4). No era un empleado cualquiera; era el copero, el hombre que probaba la bebida del rey para impedir que lo envenenaran. Para alcanzar tal posición, aparentemente se esforzó en su trabajo y honró a Dios en todo. Se ganó la confianza del rey y el rey le concedió sus peticiones.

A Dios le interesa como trabajamos. Colosenses 3:23 nos dice: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”. Podemos seguir el ejemplo de Nehemías de este modo: honrando a Dios al ser trabajadores competentes y confiables (Nehemías 1:11-2:6); interesándonos con pasión por los demás y por lo que ellos valoran más; actuando, e incluso arriesgándonos ocasionalmente, para honrar lo que es importante para Dios y para los demás creyentes (2:3-6).

Cuando honramos al Señor en el trabajo, nuestros jefes tal vez lo noten. Pero aunque no lo hagan, el deseo y el propósito de nuestro corazón debe ser honrar a Aquel a quien realmente servimos: el Señor nuestro Dios (Colosenses 3:17,23). – RKK

Señor, quiero glorificarte en el trabajo, en casa y donde vaya.

 Dios honra la fe porque la fe honra a Dios.

Nuestro Pan Diario Israel, Edición anual 2015, Pagina 251.

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