Confíame a tus seres queridos. Ellos estarán mucho más seguros conmigo que en tus manos.
A veces tú crees que amar a otras personas es querer rescatarlas. Cuando una de ellas tiene un problema con mucha frecuencia sientes la responsabilidad de dar con una solución. Y te precipitas a buscarla, como si estuvieras obligado a hacerlo. Yo quiero ayudarte a que dejes de sentirte responsable de solucionar los problemas de otros. Esta es mi responsabilidad, no la tuya.
Es mi prerrogativa traer cambios en las vidas de las personas en la forma que yo disponga. Tú puedes ser parte del proceso, pero recuerda que yo soy el Autor y Director del drama. Lo que tu debes hacer es ceñirte a mi libreto en lugar de crear el tuyo. No usurpes mi papel en las vidas de las personas sea cual fuere tu deseo de ayudarles.
Cuando te sientes obligado a rescatar a un ser querido, analiza detenidamente la calidad de tu amor. Aprende de mi porque yo tengo toda la autoridad en el cielo y en la tierra: yo podría rescatar y controlar a cualquiera a voluntad con todo, creé intencionalmente a los seres humanos con la capacidad de escoger lo bueno o lo malo. Quiero que te sientas libre de amarme, o no. ¡El amor que no tiene posibilidad de elegir no es real!
En una actitud de oración pon a tus seres queridos bajo mi cuidado y protección. Controla tus impulsos por resolver sus problemas. En lugar de eso, usa tu tiempo y energías para escucharlos y orar por ellos. Confía en mi amor y en mi sabiduría infinita. Yo puedo efectuar cambios en las vidas de ellos más que todo lo que puedas imaginarte o pedir. Al entregarme a estas personas que tanto amas, detente un rato en mi gran amor, por ellos y también por ti.
Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra”.
Mateo 28:18
Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.
Efesios 3:20,21
Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma.
Salmos 143:8
Jesús vive, Sarah Young, Páginas 108-109.
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