Hace algún tiempo se me cruzaban estos pensamientos por la cabeza:
“Señor yo quisiera encontrar alguna forma de expresar lo que estás haciendo dentro de mí. Una palabra, una oración, un símbolo o una acción, cualquier cosa que fuera capaz de manifestarlo, pero no lo hay… Sólo Tú que nos ves desde adentro puedes discernir qué es lo que queremos expresar con cada llanto, cada oración, cada vez que nos ponemos de rodillas, cada vez que gemimos o nos llevamos las manos al rostro cuando estamos en tu presencia”.
Pero cuando pienso que humanamente no hay forma posible de exteriorizar (es decir, hacia los demás) cuánto le amamos, cuánta adoración le tenemos y la gratitud de nuestro corazón, logro entender un poco más la obra de Jesús en la cruz: tampoco sus palabras, oraciones o acciones iban a ser suficientes para expresarnos Su inmenso amor… ¡Recurrió al sacrificio de la cruz y al milagro de la resurrección, para evidenciar la talla incalculable de Su amor!
Juan 3:16 dice:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Le ruego a Dios me permita algún día tener la capacidad de entender tan grandioso amor y de reflejarlo, especialmente a los que no conocen de Cristo, pues aquellos que caminamos con Dios y que realmente hemos sido llamados a pescar almas, tenemos que ser capaces de no solo hablarles de Cristo y orar por ellos, sino de sufrir y entregarnos por ellos…
En 1ª Tesalonicenses 2:8, Pablo dijo:
Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, porque habéis llegado a sernos muy queridos.
Algunos podrían decir que esto sí es amor, pero entonces, ¿cómo nombraremos lo que hizo Jesús, quien por nosotros realizó todo lo anterior, más el perfecto sacrifico de la cruz y el milagro de la resurrección para librarnos de la muerte? ¡¿Cómo podemos usar la misma palabra para ambas cosas cuando el “amor” de Cristo es mil veces superior al nuestro?!
Obviamente no podemos inventar una palabra nueva. Mejor veámoslo como escalas de amor: nosotros, aunque cristianos y en principio “llenos del amor de Cristo” en realidad estamos muy lejos del nivel de amor que tenía nuestro Jesús.
Los invito a que le pidamos todos los días a Dios que nos llene de su infinito amor y nos ayude a que nazca dentro de nosotros un amor cada vez más genuino y más parecido al de Jesús por las almas. Sólo así vamos a conquistar a nuestras familias, nuestra comunidad y amigos para Cristo y daremos fruto en nuestras iglesias para la gloria de Él.
Le pido además al Señor que cada vez que yo crea que tengo mi corazón ensanchado y que mi ser va a estallar de amor por Él y por las almas, me recuerde que esa es solo una escala, pero que hay más en Él aun y que podemos y debemos llegar a conocer las cuatro dimensiones de Su amor.
En Efesios 3:14-19, Pablo nos habla de este excepcional amor:
Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo… para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
“Mi Dios, permítenos tener siempre presente qué ejemplo de amor perfecto nos fue dado para imitar y quién fue Aquel que descendió desde los cielos para enseñarnos a amar verdaderamente”.
Un comentario
Amén, Nati!!…Dios te bendiga… humanamente no es posible entender a profundidad todo el amor que Dios nos tiene y cuán grande fue el sacrificio en la cruz, por nosotros, en otras, palabras…POR AMOR HACIA NOSOTROS… Dios siembre cada día en nosotros esa deseo de entender su misericordia y su infinito amor…bendiciones